No soy emocionalmente sana, y por qué digo esto, pues porque no lo soy y así lo siento, me cuesta horrores gestionar las emociones, sobre todo las que se consideran “negativas”, pero ¿saben qué?, que tengo dos hijos maravillosos que han venido a enseñarme cómo hacerlo, porque ellos son el reflejo de lo que yo soy.
Si me mirara delante de un espejo no vería tanto como cuando estoy frente a ellos, cuando se enfadan y se quieren ir, cuando gritan y me dicen “ya está bien”, no son ellos, soy yo.
Porque los niños aprenden con el ejemplo, con el ejemplo de sus padres, de sus abuelos y de las personas que pasan mucho tiempo con ellos.
Si estoy enfadada me bloqueo, me cierro y me pongo en modo huida, cual animal que atacan y huye para sobrevivir, ¿será que en mis genes aún está grabado de cuando “éramos” mamíferos y vivíamos en cuevas?.
Si estoy nerviosa soy incapaz de hablar con cordura, se me cierra el estómago, me irrito sobre todo con mis hijos, ¿será que ahora yo tengo el poder y lo pago con el que considero más débil?.
Si estoy rabiosa quiero gritar y correr lo más rápido que sé y gritar aún más fuerte como una leona a punto de degollar a su presa, ¿será que mi instinto me muestra que las emociones contenidas salen por algún lado?.
Si estoy triste lo escondo y pongo mi mejor sonrisa, ¿será que no me permito estarlo por qué está mal visto?
Si siento miedo me escondo y dejo muchas cosas por acabar, ¿ será que quiero hacerlo todo sin equivocarme?
No soy emocionalmente sana porque tengo que trabajar muchas cosas en mi, que por suerte las estoy viendo, estoy empezando a conectar con mi cuerpo, con mis emociones, con mi instinto, con la sabiduría escrita en mi cuerpo, con esa que traemos de serie pero que se ve condicionada por muchos aspectos de nuestra vida.
Sólo me queda agradecer a mis hijos por hacérmelo ver
Gracias por mostrar tu enfado
Gracias por mostrar tu rabia
Gracias por mostrar tu ira
Gracias por mostrar tu miedo
Gracias por mostrar tu tristeza
Gracias por hacerme de espejo
Gracias por sanar mi herida
Me encantas Alba!!!
Cuanta sabiduría en tus palabras. No hay nada más sabio que amar la imperfección. Ver a nuestros hijos ser como son y reconocernos en sus actos es algo que a la mayoría nos da miedo… ?
Gracias Fayna, ellos vienen a revolver y a descolocarlo todo, me siento muy dichosa y agradecida por la energía que traen y la paciencia que tienen para enseñar tanto. Nuestros hijos son tan valientes.
Me ceo reflejada en estas palabras, por eso me gustaria saber qué más hacer para conectar con mi cuerpo y mejorar.
Gracias Bárbara por tu comentario, en la maternidad no hay fórmulas mágicas, lo importante desde mi punto de vista es darse cuenta y pararse a analizar que es lo que no nos gusta e ir cambiándolo poco a poco. Puedes encontrar por internet varios talleres o buscar ayuda si lo consideras necesario. Un fuerte abrazo y enhorabuena por querer avanzar.
Acabo de descubrir tu blog y está entrada me ha encantado. Yo tengo una madre que emocionalmente es muy inmadura, siwmpre ha sido así y desde pequeña me creo mucha confusión..yo voy a terapia a aprender aprender tratar mis emociones, las buenas y las malas, por llamarles de alguna forma. Que fortuna tienen tus gemelos de que tu sepas reconocer tus incapacidades, tus dificultades y querer mejorar. Saludos!
Gracias por compartir tu vivencia, somos muchas con el mismo sentir, normalmente las emociones que consideramos negativas solemos ocultarlas y no las gestionamos como debemos y son tan necesarias como las que consideramos positivas, todas tienen su función, me alegra saber que estés solucionando tu incertidumbre, yo tuve que esperar a ser madre para darme cuenta y ponerle nombre a muchas cosas que sentía, la verdad es que si que soy afortunada. Un fuerte abrazo y gracias por leerme y comentar.